El nombre oficial de esta entrada debería haber sido “El artesonado del Paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares”, pero lo cierto es que si ese lugar es conocido por el gran público, se debe a que en él se entrega cada 23 de abril el premio Cervantes, el máximo reconocimiento para cualquier escritor de lengua castellana. Los medios de comunicación nos suelen ofrecer una imagen de las autoridades o del premiado, en las que a veces podemos ver las tribunas de madera o las yeserías. Sin embargo, al visitar en persona la universidad de Alcalá, se puede ver algo mucho más fascinante –desde mi punto de vista- que es el magnífico artesonado que cubre el espacio.
El Paraninfo es uno de esos lugares en los que la historia está tan densificada que casi se puede palpar en el aire, debido sobre todo al conjunto unitario de los elementos artísticos que se dan cita: suelo de cerámica, tribunas de madera en todo el perímetro -que en su día fueron de azulejo- con una impresionante cátedra en un lateral, tapices, yeserías platerescas y de remate, el artesonado.
Nuestro protagonista de hoy es una obra de arte del siglo XVI que desafía a las descripciones, puesto que se sale completamente de lo convencional. ¿Podemos llamarlo artesonado? En principio sí, porque entre sus jácenas hay casetones o artesas, pero… ¿de verdad son jácenas? Pues funcionalmente no, ya que en realidad son los tirantes de la cubierta superior, pero tienen tal escuadría que podrían soportar una sala de baile sin problemas. Entonces… ¿estamos ante una armadura, con su almizate y sus faldones? Siendo estrictos no, porque aunque se trata de la parte inferior de una armadura, lo que estamos viendo no son pares ni nudillos, sino tirantes y jabalcones. Pero para colmo hay algo más: En realidad no los estamos viendo –cosa obvia, por otra parte- porque están detrás del entablado, y lo que podemos observar desde abajo son únicamente los taujeles que coinciden con su trazado.
Compositivamente, podríamos decir que es de lazo de seis ataujerado, es decir, con ruedas o estrellas de seis puntas, pero tengamos en cuenta que lo que vemos no es estructural, sino ornamento a base de molduras sobre la tabla -taujeles-, que en este caso está colgando de los tirantes. Asimismo, los faldones laterales, están conformados por una sucesión de jabalcones que apuntalan los tirantes, debido a su gran longitud. Cabe decir que incluso en la elección de la lacería sus creadores fueron poco convencionales, ya que el seis es un lazo infrecuente en la carpintería de armar española.
A primera vista, el trazado de seis nos impresiona por su belleza, dimensiones y perfección. Sin embargo, observado desde abajo es fácil detectar que la trama no da lugar a hexágonos regulares sino ligeramente comprimidos en el sentido transversal. Ello se debe a que las direcciones oblicuas del lazo no forman 60 grados exactos, lo cual no es una inexactitud ni mucho menos. Seguramente desde un principio ya estaba decidido usar una trama regular de seis, pero al hacer el replanteo tras ubicar los jabalcones, hubo que modificarla para que pudiera encajar. Como al fin y al cabo, los carpinteros trabajaban con cartabones, sólo hubo que fabricar los correspondientes al nuevo ángulo, y ponerse manos a la obra. Según mis datos, la desviación no llega a los 2 grados.
Aunque en sus principios fue hecho con esmero y dedicación, lo cierto es que cuando la Universidad Complutense fue trasladada a Madrid, tanto el Paraninfo como los demás espacios sufrieron abandono durante muchos años, con los consiguientes desperfectos debidos a la ausencia de mantenimiento. Prueba de ello es la restauración de la que fue objeto en los años 90, a cargo de una empresa especializada. La intervención más importante fue añadirle una viga laminada “in situ” –virguería carpintera donde las haya- en el sentido longitudinal, de manera que conecta todos los tirantes e impide su descolocación.
Yo, que he podido visitar el espacio bajocubierta, he comprobado que presenta un muy buen estado de conservación, además de una utilísima pasarela colgante, dispuesta para tal fin. La cubierta es un ejemplar de par y nudillo, que originalmente carecía de hilera, aunque en la intervención se le añadió una. Además, la unión entre pares y nudillos está ejecutada con un ensamble mucho más efectivo que las tradicionales quijeras, las cuales provocan un bien conocido debilitamiento en los pares.
Finalmente y a modo de conclusión, podemos advertir que, por técnica y estética, estamos ante uno de los artesonados más importantes de España, junto a otros ejemplares como puedan ser los de la Aljafería de Zaragoza. Además, y aunque casi es una batalla perdida, me gustaría recordar que la palabra artesonado designa aquellos alfarjes o armaduras que se componen constructivamente a base de una sucesión de artesones. ¿Qué es un artesón? Un elemento hecho a base de tablas o molduras de madera con forma tronco-piramidal, semejante a una artesa invertida. ¿Que es una artesa? Según la RAE, es un cajón cuadrilongo, por lo común de madera, que por sus cuatro lados va angostando hacia el fondo. Espero que esta retahíla de definiciones sirva para arrojar un poco de luz sobre el verdadero origen de la palabra artesonado, y evitar que se use indiscriminadamente para referirse a cualquier techumbre de madera, tal y como se hace hoy en día.
El artesonado de la iglesia de Cortes de Baza es una maravilla!
Hola Rocío. He visto las fotos de la armadura que mencionas en tu blog y ciertamente es extraordinaria. Muchas gracias y un saludo!