Hoy me gustaría hablar de un pequeñísimo edificio que es especial para mí, y que a juzgar por su estado, no creo que lo sea para mucha más gente. De todas formas, desde que lo encontré he dedicado bastante tiempo a intentar salvarlo. He llamado a obispados, instituciones, confederaciones hidrográficas y fundaciones, y aunque se sabe de su existencia, temo que sus días estén contados.